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108. Mi Bendito Redentor
Hacia el calvario, mi Salvador, una mañana triste
subió; y amarga muerte, llena de horror, sobre una
cruz El por mí sufrió.
CORO
¡Oh qué divino! (Discanto: ¡Oh qué divino!) ¡Oh qué
precioso! (Discanto: ¡Oh qué precioso!) miro su
cuerpo sangrado por mí; y hoy canto alegre,
(Discanto: y hoy canto alegre), vivo gozoso
(Discanto: vivo gozoso), Desde ese día (Discanto:
Desde ese día) qué en El creí.
II
“Padre perdona, ten compasión, ellos no saben
que hacen muy mal. Yo doy por todos mi corazón
para que tengan paz celestial.”
III
¡Oh cuánto le amo, amigo fiel! Servir le quiero y
honrarle más. Mi vida toda es solo de El, Gloria a su
nombre siempre jamás.
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