top of page

15. Nunca, Dios Mío

Nunca, Dios mío, cesará mi labio de bendecirte, de cantar tu Gloria, porque conservo de tu Amor inmenso grata memoria.
II
Cuando perdido en mundanal sendero no me cercaba si no niebla oscura, tú me miraste, y alumbróme un rayo de tu luz pura.
III
Cuando inclinaba mí abatida frente por el pecado de mi necio yugo, dulce reposo, y eficaz alivio darme te plugo.
IV
Cuando los dones malgasté a porfía, con que a mi alma prodigo adornaste, “Padre he pecado”, con dolor te dije, y me abrazaste.
V
Cuando en sus propios méritos se fiaba, nunca mi pecho con Amor latía; hoy de Amor late, porque en tus bondades solo confía.

somos una iglesia familiar

LOGO MANANTIAL CIRCULO3.png
bottom of page