98. Hay Una Fuente Sin Igual
Hay una fuente sin igual de sangre de Emanuel, en donde lava cada cual las manchas que hay en El. Que se sumerge en El. En donde lava cada cual las manchas que hay en El.
II
El malhechor se convirtió clavado en una cruz; el vio la fuente y se lavó, creyendo en Jesús. Creyendo en Jesús, creyendo en Jesús. El vio la fuente y se lavó, creyendo en Jesús.
III
Y yo también mi pobre ser allí logré lavar; la Gloria de su Gran poder me gozo en ensalzar. Me gozo en ensalzar, me gozo en ensalzar. La Gloria de su Gran poder me gozo en ensalzar.
IV
¡Eterna fuente carmesí! ¡Raudal de puro Amor! Se lavará por siempre en ti el pueblo del Señor. El pueblo del Señor, el pueblo del Señor. Se lavará por siempre en ti el pueblo del Señor.