top of page

DIOS ACUSA A SU PUEBLO

Estudio del texto básico

1 Dios acusó al pueblo por su falta de gratitud,

Isaías 1:1-4.

V. 1. Hay que tomar nota que el padre de Isaías no fue el profeta Amos, sino un Amoz desconocido. Una tradición judaica dice que lúe hermano del Rey Amasias, por lo tanto, Isaías sería primo hermano del Rey Ezequías, pero no hay evidencia bíblica para apoyar esta leyenda. El versículo también indica que la obra de Isaías duró desde el año 740 hasta el año 687 a. de J.C., o sea que su ministerio fue de 53 años.


V. 2. Este versículo es el gemido de dolor profundo del padre abandonado por sus hijos ingratos. Es Dios quien invita a los cielos y la tierra que él ha creado a ser testigos de la ingratitud y rebelión de sus hijos los hebreos que él ha educado con tanto esmero. Es bien evidente que la rebelión se manifiesta por su idolatría y desobediencia.


V. 3. Se nota la ironía en el hecho que los animales domésticos demues­tran más gratitud a sus dueños que el pueblo redimido a Dios, quien le libio de la esclavitud. Israel no reconoce que debe todo a Dios. En esta compara­ción queda demostrada la gravedad de la situación espiritual del pueblo. El reclamo de Dios es ... mi pueblo no entiende.


V. 4. La primera palabra del versículo que se traduce Ay, es la introduc­ción a una descripción de la ingratitud del pueblo. La causa de su rebelión es su pecado. El profeta identifica al pueblo con cuatro frases. No son solamente pecadores, también son pueblo cargado de iniquidad por sus muchos hechos de desobediencia a Dios. Son también malhechores los que dañan o lastiman a los demás. Finalmente son depravados o "degenerados"' los que pervierten o destruyen en busca de su propio placer.


Provocaron la ira de Dios, que no es enojo o rabia sino el castigo bien merecido del pecador, es breve en contraste a su amor que dura para siempre. El Santo de Israel es el título favorito de Dios que emplea Isaías. Se halla 25 veces en su libro. La santidad es un atributo importante de Dios. Dios es perfecto, sublime, totalmente diferente del ser humano, pero no está distante del ser humano. Al contrario, él desea que le adoremos con sumo respeto; así tendremos una experiencia del misterio de su presencia divina y de la trans­ formación que él obra en nosotros. Nos capacitará para reflejar sus cualidades éticas, las cuales el Dios Santo exige de sus seguidores.


2 La triste consecuencia de su rebelión,

Isaías 1:5-9.

Vv. 5, 6. Estos versículos demuestran que el castigo físico no produce siempre arrepentimiento en el pecador. Israel era como un esclavo rebelde cuyo amo le había castigado desde la cabeza hasta los pies sin producir ningún cam­bio en su conducta. El hecho que las heridas no han sido curadas se refiere a la devastación total obrada en Judá por el ejército de Asiria. Con sus pocos recursos el pequeño Estado no pudo reparar los daños, no logró sanidad.


V. 7. Esta es la aclaración sobre los versículos 5, 6. En la antigüedad los ejércitos no llevaban sus provisiones, sino que vivían del país conquistado y no dejaban nada para los habitantes.


V. 8. Este versículo describe con figuras gráficas la situación difícil cuan­ do el ejército de Asiria rodeó Jerusalén en el año 701 a. de J.C. La expresión hija de Sionse refiere a Jerusalén como igualmente ciudad sitiada. En aquel entonces el rey Ezequías estaba desesperado y pidió ayuda del profeta Isaías quien le aseguró que ni una saeta iba a caer dentro de la ciudad (Isa 37'33- 35).


V. 9. No obstante, Isaías no tuvo ilusiones en cuanto al futuro a largo pla­zo. El sabía que un día la ciudad y la nación iban a caer en manos de un ejérci­to extranjero y solamente unos pocos sobrevivientes del pueblo iban a quedar para continuar su misión en la tierra. La doctrina del “remanente1' figura mu­ cho en el pensamiento de Isaías; y aparece como “resto" o “remanente" mu­ chas veces en el libro. Como siervo de Dios muy inteligente Isaías sabía que Dios no iba a destruir la nación toda como hizo con Sodoma y Gomorra, sino que iba a dejar unos pocos para comenzar de nuevo su pueblo.


3 La viña del Señor que fracasó,

Isaías 5:1-4.

V. 1. Con este versículo comienza una de las muchas parábolas de la Biblia.

No solo Jesús empleó las parábolas para enseñar verdades importantes, sino que también muchas enseñanzas en el Antiguo Testamento se dieron así. (Ver Jue. 2. 2 Sam. 12 y Eze. 17 como ejemplos.) En la presente ocasión el profe­ta comienza su parábola como una canción folklórica que se escuchaba en las fiestas populares. Tal vez era la fiesta de las cosechas. Éxodo 23:16. Canción de mi amado se refiere al autor de la canción, es mensaje de Dios que ama a su pueblo y toma todas las medidas para que la viña diera fruto. Mi amigo se refiere a Dios como dueño de la viña. Fértil ladera ilustra el cuidado de Dios a su pueblo.

Este versículo es la idea gráfica de la parábola. El dueño preparó bien el lugar y plantó brotes de la mejor clase de uvas, pero a pesar de su esfuerzo todo resultó en “uvas de mal olor y mal sabor” (traducción del hebreo). Uno puede imaginar su sorpresa al descubrir uvas que no se podían comer.


V. 3. El cantante pide la colaboración de sus oyentes. Ellos deben decidir lo que el dueño debe hacer con su viña.


V. 4. De forma muy natural continúan las preguntas. Es la pregunta triste de muchos padres. “¿Qué más pudiera haber hecho por mis hijos?” Es muy triste tener hijos rebeldes, ingratos, cuando uno ha hecho todo lo posible para conseguir su bienestar.


4 Dios quitará su protección a su pueblo,

Isaías 5:5-7.

V. 5. Se ve el disgusto del Dueño de la viña. Después de toda su labor la viña no ha producido uvas deliciosas y sabrosas. Por lo tanto, va a quitar el cerco de defensa y dejar que los animales entren y destruyan el área cultivada.


V. 6. Este versículo es de suma importancia. Un dueño humano puede tomar la decisión de no cultivar una viña y retirar los cercos, pero solamente Dios puede mandar a las nubes que no lluevan más sobre ella. Dios demues­tra ser el verdadero dueño de la viña. . ,,


V. 7. Es el momento decisivo en la narración. La viña representa al pueblo escogido y protegido por Dios para llevar su mensaje al mundo entero. Dios esperaba juicio y derecho de parte de ellos y descubrió vileza y derramamien­to de sangre. Esperaba justicia y en su lugar escuchó la voz de los oprimidos clamando por la justicia. Vea una expresión semejante en Éxodo 3:7-9 y 1Samuel 9:16 El versículo es un juego de palabras en hebreo con un mensaje poderoso. Dios esperaba mishpat (justicia) y descubrió mispach (vileza): el esperaba tsedaqah (derecho) y oyó tse aqah (clamor). Sin duda esta parábola tan tremenda sirvió de inspiración para la parábola que nuestro Señor conto en Mateo 21:33-46.

somos una iglesia familiar

LOGO MANANTIAL CIRCULO3.png
bottom of page