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GRACIAS A DIOS QUE NOS DA LA VICTORIA

Estudio del texto básico

1 El Dios fuerte que salva, Salmo 18:1-3.


En estos tres versículos se refleja la gratitud tan grande de David por la sal­vación del peligro de muerte frente a Saúl y sus enemigos. La Biblia no nos da el dato específico que motivó esta expresión de la salvación producida por Dios a favor de su siervo. Desde luego, el sentido del Salmo nos revela que David tenía una necesidad grandísima y sentía la posibilidad de perderlo todo.

Su sincera afirmación te amo demuestra la profunda relación que David tenía con Dios.


Vv. 1,2. Incluyen una larga lista de nombres de Dios. Cada imagen usada enfatiza la seguridad que David experimentaba en su relación con Dios: Jehovah, el nombre de Dios que indicaba la relación personal entre Dios y su seguidor; mi roca, simboliza seguridad y refugio; mi fortaleza, o castillo mío, un sitio de refugio y cuidado donde podría reponerse y salir de nuevo a la lucha; mi libertador, la fuente de su libertad. Dios que da paz (shalom) a sus seguidores; mi Dios, la relación es con Dios, le conoce; mi peña o “fortaleza mía”, la roca partida en que la persona podría esconderse y protegerse; 

mi escudo, uno que protegía todo su cuerpo hasta los ojos; él poder de mi libe­ ración, el poder que me salva; mi baluarte o “mi alto refugio”, como el refu­ gio establecido encima de una montaña.


Uno no puede dejar de maravillarse de la mente tan creativa y la imagina­ ción tan fértil de David, al buscar palabras o imágenes que pudieran describir la maravillosa manera en que Dios le ha respondido. Solamente la persona que había andado cerca de Dios durante muchas experiencias podría hablar con tanta amplitud y tanta certidumbre de su Dios.


A la vez nos da un testimonio elocuente de la incapacidad del hombre para expresar con una simple oración su gratitud por las múltiples bendiciones de Dios en su vida. La magnitud de su dependencia de Dios demanda expresiones variadas que procuren articular debidamente su gratitud.


V. 3. La expresión de confianza del Salmista. Cuando llama, él le salva.

Esta es la base de la alabanza y la gratitud que hay que expresar.


2 La angustia que enreda, Salmo 18:4-6.


Vv. 4,5. El Salmista revela la profundidad de su angustia. Los dos versículos dan el mismo mensaje expresado en palabras un poco diferentes. Sentía que iba a morir, estaba envuelto, enredado en sus trampas. Todo este lenguaje nos ayuda a sentir con el Salmista lo desesperante de su situación. Las cuatro ex­ presiones paralelas en estos dos versículos enfatizan esa desesperación. El escritor está rodeado y enredado por la muerte. Seol era el nombre de la mora­ da de los muertos. Pensaba que las personas allí no eran más que “sombras” de su existencia en la vida. En ese sentido, era un lugar triste, no deseable. Ro­ deado por la muerte, no habría respuesta humana para él. Solamente la ayuda precisa de Dios podría salvarle.


V. 6. En este momento él pide ayuda de Dios. Sus gritos llegan a los oídos de Dios. Posiblemente el Salmista está en el templo, pero no necesariamente.

De todas formas Dios le escuchó y respondió como vimos arriba en los pri­ meros versículos. En muchos de los salmos de gratitud se ve la combinación de expresiones clamé a mi Dios, y él oyó. Es la base de su alabanza, de su canto de gratitud. Nuestro Dios no es sordo frente al clamor sincero de sus seguidores, él oye y responde.

El Salmista presenta la respuesta de Dios en los vv. 16-19. Las acciones de Dios —envió (seguramente a sus ángeles), me tomó, me sacó, me libró, me sacó. Todas acciones de apoyo y salvación. El v. 19 nos da la expresión hebrea de lo que es la salvación o la liberación: “me sacó a un lugar espacioso”. Dios le “desenredó” de su angustia.


3 La relación que sostiene, Salmo 18:25-29.


Vv. 2 5 ,26. La base de las bendiciones de Dios es una relación de obediencia y fidelidad al pacto. Aquí la palabra misericordioso o “fiel” es la palabra “hesed” que describe la naturaleza de la relación entre Dios e Israel en el pacto. Dios se ha dado a nosotros en amor. El continúa esta relación día tras día tratando a su seguidor con rectitud, con sinceridad, en forma limpia. Estos aspectos positivos demuestran la reciprocidad en la relación con Dios en el pacto. La persona, miembro del pacto, que tanto ha recibido de este amor leal de Dios, responde a este amor, procurando vivir guiado por la misericordia, viviendo una vida limpia frente a Dios y los demás.


Pero Dios es severo con el perverso, con la persona que procura desviar o tergiversar los aspectos morales y éticos del pacto. Dios es especialmente se­ vero con el que peca de esta forma, desviando la verdad.


V. 27. El Antiguo Testamento demuestra vez tras vez una predilección especial de Dios por los humildes, los pobres, y toda aquella persona que reconoce su necesidad de Dios. Otra vez lo opuesto se ve en la persona que es orgullosa, que no mira a Dios, que en verdad se considera superior a él. Hay que recordar que “los ojos altivos” son una de las seis cosas que Jehovah abo­ rrece según Proverbios 6:17.


V. 28. El Salmista reconoce que su luz viene de Dios, porque él es el único que puede alumbrar su camino. La luz siempre es un símbolo de Dios, su pre­ sencia, el camino recto que se encuentra en la Biblia. La oscuridad que ha ex­ perimentado en las dificultades enumeradas en este Salmo hubieran aplastado a cualquiera, pero con la luz de Dios las tinieblas han sido cambiadas en luz.


V. 29. Con el Señor y con la luz que él trae a los problemas diarios hay re­ solución y confianza para seguir en la batalla, y ganarla. Las expresiones aquí otra vez son significativas ilustrando precisamente el vigor que viene a la per­ sona que ha recibido las grandes manifestaciones del amor leal de Dios. Sus tinieblas, sus dudas, han sido cambiadas en confianza. Cuando uno considera las muchas experiencias de David en la vida, podría reconocer que ha sido una experiencia de su polifacética existencia.


4 La respuesta del agradecimiento, Salmo 18:46, 49.


V. 46. Otra vez se vuelve a la sincera expresión de gratitud a Dios en una serie de frases de alabanza y gratitud. Dios ha dado la victoria a su seguidor. Hay que responder con espontánea y sentida gratitud.


V. 49. Como respuesta, el Salmista afirma su acción de gracias, su ado­ ración, y agrega un punto más. Ahora habrá un testimonio de Dios y su acción entre las naciones. Frente a todo lo que Dios ha hecho por él, no se debe ca­ llar, pero aún más, hay que extender el testimonio a los que no han oído y no han tenido la oportunidad de conocer al único Dios.

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