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LA INCOMPARABLE INVITACIÓN

Estudio del texto básico

1 LA GENEROSIDAD DE DIOS, ISAÍAS 55:1-5.

V. 1. Muchas veces en la Biblia se ilustran con términos físicos verdades espirituales (Deut. 8:3; Sal. 42:2; Luc. 22:30, etc.). El agua se menciona como símbolo de vida (Juan 4:14). El vino para el gozo (Prov. 31:6; Sal. 104:15). La lechepara paz y prosperidad (Exo. 3:8; Joel 3:18). Evidentemente estos tres vocablos son metáforas para designar las bendiciones espirituales que fortale­cerían. alegrarían y alimentarían a los que voluntariamente aceptaran la invitación: Oh todos ...venid ¡venid! Dios es el que toma la iniciativa en invi­tar a todos y provee las bendiciones sin precio.


V.2. Aquí se reconoce que hay necesidades profundas del espíritu que las cosas materiales no pueden satisfacer. La gente que no busca a Dios gasta sus bienes y emplea sus energías buscando lo que no satisface. ¿Por qué...?, es el inicio de una pregunta que demanda una respuesta reflexiva. El pueblo debía pensar seriamente en lo que estaban haciendo.

Al no tener patria, el pueblo de Dios en Babilonia se había dedicado de forma frenética a conseguir riquezas. El profeta les advierte con solemnidad: “¿Esto realmente les satisface? ¿Es esto lo único que buscáis?” En su afán de conseguir riquezas materiales habían hecho caso omiso de las verdaderas riquezas espirituales que Dios les ofrecía.


V. 3. La gran invitación de Dios es: /Venid a mí! Es una invitación no a una religión, a un templo, a una ceremonia sino directamente a Dios. Esta invitación incluye tres imperativos: Inclinad vuestros oídos... venid a mí... es­cuchad, para luego expresar el propósito central de la invitación: vivirá vues­tra alma. Yo haré con vosotros un pacto eterno. Distinto al pacto en el Sinaí (Exo. 19:1-8), ahora Dios promete un pacto eterno a su pueblo. Ellos por su desobediencia habían invalidado el pacto del Sinaí. Siguiendo la palabra de Jeremías 31:27-37, Dios promete un pacto eterno que solamente llegó en Jesús (Luc. 22:15-20). En 2 Samuel 7 Dios prometió a David que nunca faltaría un hijo de su familia sobre el trono de Jerusalén Isaías declara que Dios cumplirá

las fieles misericordias demostradas a David. Lo que era imposible saber fue

que uno más grande que David iba a cumplirla con su muerte y resurrección en Jerusalén.


V. 4. Con la visión que solamente Dios puede dar, el profeta anuncia que el Mesías va a ser un líder de la humanidad, un testigo a su pueblo. Como resultado de su obra mucha gente vendrá a Israel buscando a su Dios. Tal como más tarde se proclamó que la salvación de la humanidad dependía de una nal relación con Jesús como Señor y Salvador, en esta profecía, siglos antes de Cristo, el Mesías de la línea de David va a ser un “testigo” a las naciones. No por medio de la espada va a dominar al mundo sino por la Palabra de su testi­monio.


V. 5. Un testimonio de la maravilla del evangelio. No va a ser la gente que sabe de la religión de Israel quienes correrán a su Dios, sino los que Dios ha motivado por su gran amor. Una vez más Dios avisa a Israel que le ha elegi­do para ser su instrumento de salvación para muchos pueblos, a la vez que les va revelando quiénes serán los redimidos, el nuevo Israel, y al inclinarse ellos obedientemente ante Jehovah, el Santo de Israel honrará a los suyos.


2 INVITACIÓN AL ARREPENTIMIENTO, ISAÍAS 55:6-9.

V. 6. En este versículo y en el próximo el profeta toca la nota de urgencia en su mensaje. Israel ya ha vivido setenta años en el cautiverio, ahora Dios se ha acordado de ellos y deben aprovechar el momento. La fuerza de esta invita­ción está en los imperativos ¡Buscad... Llamadle...! que demandan acción ur­ gente de parte del hombre. Pero aquí se añade un nuevo elemento a la invita­ción de los versículos anteriores: se presenta la realidad de que el día de la oportunidad para el perdón puede pasar y luego será demasiado tarde para

buscar a Dios, mientras puede ser hallado.


V. 7. El verdadero arrepentimiento consiste en dos cosas importantes: (1) Hay que dejar la maldad, (2) volverse a Dios de todo corazón. El texto nos en­ seña que el pecado no consiste solamente de hechos malos sino también de pensamientos malos.

No es solamente hacer lo malo; es planear y meditar sobre cosas indignas.

Misericordia en este caso es “tener compasión” y debido a esta compasión tierna del corazón de Dios su perdón es amplio para los que se acercan a él en fe y arrepentimiento. Dios es amor y es amplío en su actuación para perdonar a los que responden afirmativamente a su invitación.


Vv. 8, 9. Hay que reconocer que existe mucha diferencia entre los pen­samientos y los hechos del ser humano y los de Dios. Quizás, la traducción “planes” en vez de pensamientosmostraría más claramente el significado de este versículo. Dios había revelado su plan a su pueblo. ¿Pondrían ellos sus planes por encima de la redención de Dios? Desde el Edén el camino del hom­bre se inclina al mal. en su propia ignorancia actúa equivocadamente: “Hay camino que al hombre le parece derecho, pero que al final es camino de muerte” (Prov. 14:12).


3 LA PALABRA EFICAZ, ISAÍAS 55:10, 11.

Vv. 10,11. Tal como las estaciones del año vuelven con regularidad el profe­ta anuncia de parte de Dios que, en su tiempo, su Palabra va a cumplir su mi­sión en la tierra.

Así como la lluvia cae y ablanda la tierra, hace que la semilla germine, y da vida a la planta para que dé su fruto (v. 10). así será la Palabra de Dios, penetra (Heb. 4:12)  y ablanda el corazón endurecido del hombre para que se vuelva a Dios, da vida al que está muerto en sus pecados y sostiene hasta la eternidad la vida engendrada por la fe.

Recuerde que la Palabra de Dios no se refiere únicamente a la Palabra es­crita. Mucho antes Moisés dio los diez mandamientos y muchas otras palabras de Dios al pueblo. Los profetas solían comenzar sus mensajes diciendo: “Así ha dicho Jehovah” ó “La palabra de Dios que vino a Isaías”. La palabra de Dios es viva, y no volverá a Dios vacía.


4 UN REGRESO GOZOSO, ISAÍAS 55:12, 13.

Vv. 12, 13. Un viaje por el desierto es siempre desagradable. El profeta anun­cia una transformación de la naturaleza para hacer más fácil el viaje de regre­so de Babilonia a la Tierra Santa. Es nada menos que un nuevo éxodo y toda la creación se goza en un acontecimiento tan importante.

La misma naturaleza será transformada y esa transformación será una señal eterna que nunca será borrada. Es la escena del pueblo saliendo de Babilonia rumbo a la tierra que Dios les ha dado. No será un viaje lleno de peligros como el primer éxodo; saldrán en paz bajo la protección de Dios. Los mismos árboles darán palmadas de gozo. Los árboles inútiles que sirven de estorbo serán cambiados por los que dan sombra abundante y buena leña para preparar la comida. Como memorial de su liberación el desierto quedará trans­ formado para siempre.

La fe del Antiguo Testamento es la fe del camino. Dios siempre lleva a su pueblo a nuevos triunfos y a nuevos destinos. Lo importante es no desviarse sino seguir a Dios siempre.

somos una iglesia familiar

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