1. Cada persona necesita la confianza que nace en la experiencia diaria con el Señor.

Este Salmo refuerza esta realidad.

2. Cuando somos atacados por otros con mentira e hipocresía, la solu­ción no es pagarles de la misma manera por lo que nos han hecho, sino afirmar delante de ellos y otros que la única salvación y refugio es Dios.

3. Fuerzas y poderes materiales o económicos, aun la más astuta vio­lencia, no es el camino a seguir para los que son atacados falsamente.

El verdadero poder se encuentra en Dios. Hay que buscar su presencia, su paz y su salvación.

4. Hay que descansar, reposar en Dios.

Los versículos 1 y 5 resaltan esta idea. La primera como una afirmación y la segunda, como una forma de alen­tarse a sí mismo frente a los ataques de los enemigos. La agitación frente a las situaciones difíciles de la vida, solamente guían al desastre. Jesús da el mismo énfasis cuando nos dice: "No os afanéis por vuestra vida'’ (Mal. 6:25a); "Os he hablado de estas cosas para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero ¡tened valor (confiad): yo he vencido al mundo!" (Juan 16:33).