1. El más seguro camino para tener confianza frente a las angustias de la vida es haber caminado con Dios anteriormente.

2. El Señor es luz para todo aquel que quiere recibir su ayuda.

El ilu­mina sus tinieblas, dándole seguridad para andar. No solamente esto, sino que le guía por las sendas de rectitud. Por eso puede decir con el Salmista, “¿de quién temeré?”

3. Cuando uno tiene al Señor a su lado, no hay que temer a nada ni a nadie.

Los enemigos, sus falsos testimonios y chismes, graves peligros, gue­rra. o cualquier otra dificultad, no es suficiente para hundir al que confía en el Señor.

4. Es difícil soportar los chismes y los falsos testimonios.

La mejor respuesta frente a esta situación es de ser fortalecido por la presencia del Se­ ñor. pedirle que le enseñe a andar en el camino recto y no responder con enojo o reaccionar con sarcasmo o chismes contra el adversario.

5. Cuanto más tiempo uno anda con el Señor más estima y atesora su presencia.

Asistir y participar activamente en los cultos de la iglesia le dará múltiples oportunidades de gozarse de la presencia de su Señor.

6. Frente a las dificultades relaciónales con familia o amigos, se puede tener confianza en que “con todo, Jehovah me recogerá”.

Dios nos ama y quiere mantener la más estrecha relación con nosotros.