Estudio panorámico del contexto

A. Fondo histórico: 

Grandes características de Dios son su misericordia, su bondad, su sem­ piterno amor y su fidelidad. La Biblia, y especialmente los salmos, subrayan la importancia de la bondad de Dios para con todos, pero muy especialmente para con su pueblo, y para el individuo que creía en él y quería seguirle fiel­ mente.

Muchas personas creen que en el Antiguo Testamento uno encuentra a un Dios de ira, buscando castigar a su pueblo y a los individuos. Dios es un Dios de orden que presenta un plan para su pueblo, además de sus mandatos, y es­ pera que los cumpla. Hay castigo para la desobediencia y bendición para aque­ llos que obedecen sus mandatos. Sin embargo, vez tras vez se ve la bondad de Dios en acción frente al pecador. Dios es justo, pero su gran amor fiel, el amor del pacto, entra en su acción. Se nota esta verdad repetidas veces en los salmos, razón por la cual hay que alabarle y bendecir su nombre. Uno de los capítulos que lo demuestra en forma tan gráfica es Oseas 11:1-9. Lea con cuidado estos versículos para ver la bondad y el amor de Dios en acción con su pueblo rebelde. Es un contraste entre la fidelidad de Dios y la infidelidad del hombre.

B. Enfasis: 

Hay varios salmos que resaltan la bondad de Dios. Algunos de ellos se in­ cluyen en el contexto de este estudio.

En el Salmo 16:2 el Salmista afirma: “¡Tú eres el Señor! Para mí no hay bien aparte de ti.” Para experimentar y expresar la realidad de la bondad de Dios en la vida de uno, la base esencial es reconocer su señorío. Aunque su bondad se ve en muchas situaciones, solamente la persona que tiene una relación íntima con Dios puede percibirla en la forma más profunda.

El Salmo 25:8-10 indica que Dios es bueno y recto. La bondad y la recti­tud se ven en sus acciones y aquí se mencionan tres de ellas: corrige la con­ ducta de los pecadores; guía el camino de los humildes, y los instruye en la justicia. Se ve su bondad en su participación y guía en la vida de las personas que le buscan. La afirmación del v. 10 es que él siempre procede con amor y fidelidad con los que cumplen su alianza, y sus mandamientos demuestran un cuadro importantísimo de la bondad de Dios en acción.

El Salmo 103 es uno de los más hermosos y más conocidos en el Salterio.

Ha traído consuelo a las generaciones y a las personas de todas las naciones.

Un himno de acción de gracias por la bondad y el amor del Señor. Este Salmo llama a la persona a recordar todos los beneficios con que Dios le ha bendeci­ do. Su amor es tan inmenso como “el cielo sobre la tierra”.

El Salmista exhorta a sus oyentes a bendecir a Dios y a no olvidar ninguno de los beneficios o bondades que han recibido. La alabanza no debe ser aisla­ da de los hechos de la vida diaria. Al hacer una lista de las bendiciones reci­ bidas uno queda impresionado de la bondad de Dios en tantos aspectos de la vida. El perdona, sana, rescata, corona, sacia de bien, rejuvenece.

Uno de los versículos más conmovedores de este Salmo, el v. 8, cobra aun mayor significado comparándolo en distintas versiones: 

“Compasivo y clemente es Jehovah, lento para la ira y grande en mise­ ricordia” (Reina Valera Actualizada). “

El Señor es tierno y compasivo; es paciente y todo amor” (Versión Po­ pular). 

“Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en mise­ ricordia” (Reina Valera 1960). 

“Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y lleno de amor” (Bi­ blia de Jerusalén). 

“Yavé es piadoso y compasivo, tardo a la ira, lleno de bondad” (Edición Paulina).

Decir que Dios es bueno quiere decir que anda de acuerdo con las mismas normas que él ha propuesto. Su bondad se ve en sus acciones. La bondad de Dios no reconoce limitantes de edad, sexo, estrato social o posición económi­ ca, su bondad alcanza a todos.