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UN CORAZÓN TRISTE Y HUMILLADO

Estudio panorámico del contexto

A. Fondo histórico:


El Salmo 51 es el salmo de arrepentimiento más conocido en el salterio y usado como guía por muchas personas que han querido confesar su pecado, encontrar el perdón y así poder renovar su vida.


Tradicionalmente se ha aceptado que este Salmo refleja la situación tan triste de la desintegración moral de David y sus múltiples pecados como resultado de su acto de adulterio con Betsabé, cada uno enredándole más y más hasta que quedó totalmente atrapado.


La Biblia es un libro que habla con transparencia en cuanto a sus héroes.

David, un hombre especialmente amado y usado por Dios para guiar a su pueblo, no solamente en las batallas sino en su adoración y lealtad a Dios, ahora se ve en una dimensión distinta. Encontramos en 2 Samuel 11:1 a 12:14 la triste historia, empezando con un ocioso David que no ha acompañado a sus tropas a la batalla en el tiempo acostumbrado de ir a la guerra. Levantándose al caer la tarde vio a una hermosa mujer bañándose. A pesar de averiguar quién era y saber que era la esposa de Urías, uno de sus más valientes soldados, David decidió tenerla, y así lo hizo.


Esto nos parece especialmente repugnante de parte de este hombre que había recibido protección y grandes bendiciones de Dios. La costumbre de los derechos de posesión total de los súbditos de los reyes de aquellos tiempos puede ayudarnos a entender un poco más esta situación tan triste, pero la sucesión de los pecados no tiene excusa ninguna.


Al saber que Betsabé está encinta, David procura involucrar a Urías en la situación, llamándole de la batalla, y dándole la oportunidad de dormir con su esposa. Urías era mucho más noble que su rey. Porque había tomado el voto de abstenerse de las relaciones sexuales, rechaza esta oferta, aun cuando el rey le emborracha pensando así que no tendría control de sí mismo.


Ahora vemos a un David completamente envuelto en su pecado, en lugar de confesar a su soldado leal la infamia que había cometido, planea su muerte en la batalla, rompiendo así la solidaridad de su ejército. Joab lleva a cabo este plan y cuando informa a David, a pesar de la muerte innecesaria de varios de sus soldados, puesto que incluye a Urías, David envía un mensaje a Joab: “Que esto no parezca malo a tus ojos, pues la espada devora unas veces a uno y otras veces a otro. Refuerza tu ataque contra la ciudad y destrúyela.' Y tú aliéntalo. (2 Sam. 11:25). Uno ve aquí la dureza de corazón cuando el pecado ha trastocado el sistema de valores. No hay moralidad, ni respeto, ni pesar.


B. Énfasis:


2 Samuel 11 termina con las tristes y sentidas palabras: Pero esto que David había hecho pareció malo a los ojos de Dios” (v. 27), y sigue el plan de Dios para confrontar a David con la gravedad de su pecado. Natan el mensajero de Dios, le cuenta una sencilla pero poderosísima parábola (12:1-4). David se indigna por la conducta del hombre rico del relato de Natán, y dice que “es digno de muerte” una persona tan depravada, sin misericordia. Las palabras de Natán: “Tú eres ese hombre” penetran el corazón de David. Natan sigue con el mensaje de Dios relatando pecado tras pecado de David. ¿Por qué, pues, menospreciaste la palabra de Jehovah e hiciste lo malo ante sus ojos?” (2 Sam. 12:9).


Los Salmos 4, 42, 43 y 141 que forman el contexto de este estudio, también contienen expresiones de un “corazón contrito y humillado por el pecado cometido, que reclama la restauración de Dios.


Natán entonces da el mensaje del castigo que vendría a la casa de David. una vida de intriga, de muerte, de traición. El resto del capítulo habla de la muerte del hijo concebido con Betsabé, seguido por el nacimiento de Salomón que se toma como signo del perdón otorgado por Dios.

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