Alcemos nuestra voz al Rey y creador, y al Cordero
que murió; a Cristo el Salvador. Cantemos de su
Amor, poder y majestad. Cantemos todos a una
voz por la eternidad.
II
Sangre derramó, y al padre nos unió.
Desconocidos éramos, mas Dios nos recibió. Su
sangre carmesí salvo al pecador; el sacrificio se
cumplió, incomparable Amor.
III
Loores dad al Rey, Cordero de la Cruz. Los
redimidos cantarán por siempre al Rey Jesús. Loor
al Gran yo soy, los Santos cantarán. Digno el
Cordero, el Rey Jesús, su nombre alabarán. Amén