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248. Pan Tú Eres, Oh Señor
Pan tú eres, Oh Señor, para mi bien; roto en pedazos fuiste tú por mí. ¡Cuán grande amor se vio por cada quien, al permitirte Dios sufrir así!
II
Me inclino en oración, en gratitud, por provisión que nunca merecí. Recibe mi cantar como actitud de adoración sincera ante ti.
III
La copa de dolor, bebiste allí; cual hiel y azotes son mis males, sí; pero tu amor cundió y en mi lugar vertiste sangre allí para salvar.
IV
Y ahora al recordar tu obra de amor, todo mi ser se llena de loor. Recibe esta expresión de adoración, al contemplarte en recordación. Amén.
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