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LA DICHA DEL PERDÓN

Estudio del texto básico

1 La felicidad del perdón y la transparencia personal, Salmo 32:1, 2.


V. 1. El Salmista proclama la gran verdad del evangelio: Feliz aquel cuya transgresión ha sido perdonada. Esta proclamación sale del corazón bendeci­do; no proclama que la felicidad se limita a aquellos que hacen el bien, obe­deciendo siempre la ley. sino que no hay felicidad mayor que la de una per­sona que después de confesar su pecado ha sido perdonada. Eso se llama restauración.


V. 2. Feliz la persona perdonada, que no tiene que vivir bajo el peso de su culpa. Una vez perdonado el pecado, es borrado. Dios no lo recuerda más (Isa. 43:25). El perdón es para quien es sincero, en cuyo espíritu no hay engaño. En estos dos versículos se usan las tres palabras básicas en el hebreo para peca­do:


  • 1."transgresión" (pesha) es la rebelión contra la autoridad divina;

  • 2."pecado" (chatah) es una acción errada, muchas veces deliberada, con el re­sultado de no llegar a la meta de Dios;

  • 3“iniquidad” (awon) es la idea de ter­giversar o torcer la verdad. Se usan estas palabras en forma sinónima para dar una enseñanza importante de cuán complicado es el pecado, y cómo enreda y destruye a la persona.


Es un peso demasiado grande para soportar, solamente Dios puede aliviar­lo. Por ser tan pesada la carga del pecado, y por ser Dios el único que puede perdonarlo, es que el hombre que ha recibido el beneficio del perdón es bien­ aventurado. La felicidad según Dios es muy diferente a la que el hombre trata de proveerse por los medios externos. Esa clase de gozo es pasajero y una vez terminado causa mayor angustia y soledad.


2 El contraste de dos formas de enfrentar el pecado, Salmo 32:3-7.


Vv. 3, 4. El Salmista describe lo que pasa cuando el pecado no es confesado: se envejecieron mis huesos, su cuerpo, la totalidad de su ser se debilitó. Su gemido era constante. Este versículo demuestra que cuando el pecado no es confesado, todo el ser es afectado. El vigor decae y la persona queda imposi­bilitada para realizar cualquier acción.


El sentido de alienación es constante, de día y de noche; no existía la posi­ bilidad de tener paz. Su aflicción era el resultado del pecado, y así había una relación estrecha entre su dolor y la falta de confesarlo.


V. 5. Aquí se ve el gran cambio; el Salmista decide declarar su pecado y confesarlo al Señor. Noten que usa otro nombre para referirse al pecado, en este caso agrega la palabra maldad. A pesar de este cuadro tan triste, sabe que su única esperanza es la confesión al Señor de estos pecados. La confesión no es solamente relatar a Dios lo que se ha hecho, es informarle, sí. pero es tam­bién dejar el pecado y seguirle obedientemente.


Aquí se ve la fórmula del perdón: Mi pecado te declaré; ...tú perdonaste.

Siempre se puede contar con Dios para perdonar, no hay que esperar, no hay que hacer cosas adicionales, solamente es tomar la decisión y cumplirla.


V. 6. En la confianza de esta gran bendición en un Dios que perdona y da su paz a quien se arrepiente, el Salmista invita a todas las personas a orar a Dios en su momento de aflicción para encontrar el perdón. Las caudalosas aguas pueden significar el poder de la muerte o de un gran peligro. El Salmista seguramente había visto los lugares secos en el desierto llenarse de agua en el tiempo de las lluvias torrenciales donde la gente podría ser atrapada en un instante y perder la vida. Arrepentirse del pecado, y seguir a Dios con fideli­dad da una nueva valoración de la vida y más seguridad frente a las tentacio­nes diarias.


V. 7. El Salmista presenta tres acciones de Dios: tú eres mi refugio; me guardarás de angustia: con cánticos de liberación me rodearás. Cada una de estas acciones demuestra la presencia de Dios en su vida, y la maravilla del perdón y la renovación gozosa que vive ahora. Esta es la transformación total hecha por Dios en la persona arrepentida. Hay un sentido de protección y cuidado, pero hay algo más: estar rodeados por los cánticos de liberación. Es como si estuviera en la antesala del cielo, rodeado por los cánticos que cele­bran la felicidad del perdón. Jamás

está solo quien se ha arrepentido y recibido el perdón restaurador del Señor en su vida.


Esta sección del Salmo presenta un cuadro claro de la transformación pro­ducida por la confesión del pecado a Dios. Hay algo horriblemente destructi­vo en el pecado oculto, pero confesarlo a Dios y recibir su perdón, es gozar de su presencia y su guía, porque la vida ha sido transformada.


3 El consejo de Dios y su acción en la vida de sus seguidores, Salmo 32:8-11.


Vv. 8, 9. Estos dos versículos nos dan un mensaje especial de Dios. Por regla general los salmos son el mensaje de la persona a Dios, pero este Salmo nos da un mensaje significante de Dios mismo. Como resultado del proceso de arrepentimiento y el perdón obtenido. Dios promete su dirección constante. Le indicará cómo y dónde andar; fijará sus ojos en él. atento a sus necesidades y posibilidades. Aun Dios da un paso más, porque sabe que la persona puede atenderle y seguir su dirección, o puede dejar de hacerlo; así que le aconseja que reciba su instrucción y la siga, y que no sea como el caballo o el mulo que tienen que ser forzados a ir al lugar donde deben ir.


Algunos eruditos creen que los versículos 8 y 9 son un oráculo recibido de Dios en el momento cuando el Salmista acudía a él en su necesidad. De todas formas, demuestran la necesidad de aprender de la situación que uno ha tenido.

Una parte primordial de la experiencia del perdón es la convicción de que uno no está solo, que puede contar con la presencia y guía del Señor en todo mo­mento.


Sin duda hay personas que escuchan el mensaje, pero no le prestan verda­dera atención. Aquí son comparadas con el mulo o el caballo que tienen que ser sujetados con fuerza. Seguramente la idea es de no menospreciar la ense­ñanza de este testimonio del Salmista: él había estado preso de su pecado y al arrepentirse encontró la felicidad en el perdón de Dios. Es tan grande su ale­gría que quiere compartirla con otros, y convencerlos de la verdad a pesar de su obstinación.


V. 10. La gran enseñanza de este versículo es la oportunidad de escoger entre dos posibilidades: el camino del impío, que le guiará a muchos dolores como los descritos en los versículos 3 y 4. o el camino del que espera en Jehovah, quien será rodeado de la misericordia, el amor leal de Dios. Los que escogen a Dios vivirán en el contexto constante del pacto, serán cercados con la misericordia de Dios. Compara este concepto con el versículo 7c para otra expresión de la relación especial con Dios, donde la persona perdonada será rodeada con cánticos de liberación.


Este versículo trae a la memoria el hermoso llamamiento de Deuteronomio 30:19, 20. Hay dos caminos: la vida y la muerte, la bendición y la maldición. ‘Escoge, pues, la vida... Todo el mensaje de la Biblia es para que escojamos la vida, que esperemos en Jehovah. que le sigamos en todos los aspectos de la vida. Jesús nos enseña que hay dos caminos también, y que es la “puerta estrecha” la que guía a la vida. Mateo 13:14.


V. 11. Este último versículo es un repetido llamamiento a gozarse en Jehovah: alegraos, ...gozaos, ...cantad con júbilo.La invitación es a los justos, los rectos de corazón, o sea, los fieles miembros del pacto, de la comunidad.

No la comunidad de los perfectos, sino la comunidad de los perdonados, de los que celebran su experiencia de perdón (v. 1). y en gozosa obediencia viven la vida de justicia y rectitud.

somos una iglesia familiar

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