1. NO IMPORTA LA GRAVEDAD DE NUESTRO PECADO, EL DESEO DE DIOS ES DE PERDONARNOS. 

El mensaje del Libro de Consolación es que Dios busca a su pueblo, quiere perdonarles y consolarles. Sigue haciéndolo con su Palabra que nos proclama que “de tal manera nos amó” que ha preparado el camino para nuestro perdón.

2. En Cristo Jesús el mundo ha visto la gloria de Dios. Por medio de nuestro testimonio fiel a él su gloria sigue siendo proclamada al mundo.

3. Para la persona sumamente cansada Dios tiene una reserva de nuevas fuerzas que quiere darle. Dios quiere ser nuestra fuente de fuerza y paz. Nos ofrece su fuerza para cuando sentimos que ya no tenemos ninguna.

Dios puede hacerlo porque “no se cansa ni se fatiga”. Son buenas nuevas para cada persona.

4. El más grande estímulo para enfrentar tareas difíciles es la presen­cia de Dios en nosotros. No hay que temer porque él está con nosotros. En la presencia del Espíritu Santo prometida por Cristo, Dios obra con nosotros, animándonos, guiándonos, enseñándonos y consolándonos. Gracias a Dios por su presencia en nuestra vida.