1. Cuando pensamos en la grandeza de Dios debemos buscar las pala­bras más expresivas para adorarle. 

La Biblia, y especialmente los salmos nos ayudan a encontrar este lenguaje. Usémoslo, no solamente en nuestra ala­banza, sino en nuestro testimonio y vivir diario.

2. No importa cuál sea nuestra condición en la vida, Dios es nuestro amparo, atiende nuestras súplicas. 

Por eso hay que pedir su ayuda sea cual fuere nuestra situación.

3. El propósito de Dios se cumplirá siempre. 

Cada persona puede contar con su misericordia, su intervención precisa (v. 7). Es maravilloso pensar que Dios tiene un propósito no solamente para el mundo, y las naciones, sino que para cada individuo también. Conocer este propósito y seguirlo debe ser nues­ tra meta.

4. El amor leal, la misericordia es una característica céntrica de Dios. 

Es el signo primario del pacto. No solamente actúa así Dios, con amor leal, sino que también espera que sus sequidores hagan lo mismo con él y entre sí.

En esta forma viviremos según su propósito para nosotros.

5. Nuestro ejemplo para practicar el amor es Dios. 

Para practicar el amor leal y hacerlo central en nuestras vidas, hay que meditar en los ejemplos de Dios de cómo ha demostrado su amor leal.