Los pastores Alberto y Sandra son la personificación de entrega total al ministerio. Sus vidas son un testimonio de fidelidad a la Gran Comisión, demostrando así un amor incondicional por cada miembro de nuestra congregación.

​

El liderazgo del pastor Alberto es un motor incansable, dedica cada momento a la obra, llevando la visión evangelística de la iglesia a donde vaya.

La pastora Sandra complementa esta labor con la sabiduría que le da su profesión como maestra y directora, aplicando su habilidad para la enseñanza y cuidado en nuestra comunidad.